Carlos Orozco , discriminación , libertades , noticias , sociedad Martes, 28 noviembre 2017

Este es el video que debes ver para entender el principal problema de la Paisana Jacinta

Título original: La Paisana Jacinta, ¿realmente es racista?

La Paisana Jacinta en su versión más popular, es una comedia corta para televisión con algunos elementos de sitcom (comedia de situación) como, por ejemplo, las risas grabadas y un reparto recurrente. Esto se desarrolla a manera de ficción tradicional de tres actos.

  • En el primero, se plantea la situación o el set up,
  • en el segundo suceden los problemas
  • y en el tercero se resuelven.

El inicio de cualquier capitulo parte con un openning que resume el argumento: una mujer andina que llega a la capital con sueños de una mejora económica y, en tanto, su misión es buscar trabajo. En cada capítulo ella tiene que lidiar con distintos empleos y el constante choque sociocultural propio de su situación como migrante.

La premisa es bastante interesante para abordar pero los capítulos nunca resultan realmente punzantes o inteligentes, se conforman con un humor más plano y básico. El guion está desarrollado para una categoría familiar. No esconde mayores nudos, vueltas de tuerca u originalidad en sí, no es su intención y no es que esto sea del todo malo.

Ahora bien, esta es una ficción, no es realidad.

La Paisana Jacinta es una parodia exagerada y, podrían decir, hasta ofensiva de la mujer del ande, porque en realidad nosotros sabemos que una mujer del ande no es así. Pero las parodias, muchas veces necesitan exagerar para que se entiendan como tales en la marco de la ficción. Insisto con esto porque es clave que el receptor entienda que lo que está viendo no es “real”.

La ficción, idealmente, no debería tener límites. El uso del racista, del acosador, del tonto, del grosero y de otros personajes es válido en la ficción. Desde una caricatura, una serie humorística, o una película, en teoría la ficción no tiene límites.

Imagen: Latina

Imagen: Latina

El problema con la Paisana Jacinta, en sus temporadas noventeras, las más exitosas, es que este personaje nunca resulta útil para explotar alguna problemática o exponer algo de sustancia.

Hay mucho doble sentido pero cero subtexto, ausencia total de crítica inteligente, la mínima ambición posible como producto audiovisual y solo alguno que otro manotazo por salir de su zona de confort.

No me refiero a que la Paisana Jacinta tuviese que ser Les Luthiers o ir a los versos satíricos de Luis de Góngora pero el humor es una de las herramientas reflexivas más poderosas que tenemos.

  • Si vas a usar el racismo, que sea para burlarte de un prejuicio,
  • si vas a usar la discriminación que sea para que desnudes una paranoia,
  • o si vas a usar, por citar otro ejemplo, la religión, que sea para hacer una denuncia.

¿Debe tener límites el humor?

Idealmente no, pero es obvio que los tiene.

¿Dónde están los límites?

Pues en el contexto.

Si lo que quieres es hacer una serie ligera y familiar, ¿por qué exponer así a la mujer del ande? ¿Por qué ir por la discriminación, el racismo, la cosificación de la mujer y la grosería si solo la usas para el chiste fácil, efímero y ramplón?

Cada capítulo solo normaliza estas situaciones. Para un producto dirigido a todas las edades, resulta hasta contradictorio.

Como construcción, la Paisana Jacinta es un personaje que funciona muy bien. Pero nunca se intentó nada fresco, osado o acucioso con ella en su mejor momento. Y en su retorno, hace algunos años, se trató más bien de un personaje empecinado en un afán moralista evidentemente forzado, lejos del éxito de sus primeras apariciones.

La Paisana, tan interesante para explotar, hoy se divide entre una aparición cinematográfica familiar y un retorno al sketch que la vio nacer. El primero es un nuevo uso de la intertextualidad para llevar público al cine, mientras que el segundo, es una prueba más de la ausencia de ideas que hace varios años ronda el trabajo de Jorge Benavides, uno de los mejores imitadores de nuestro país.

Lo siento, Jacinta, nunca supieron qué hacer contigo.