Carlos Orozco , musica , noticias , redes sociales , sociedad , videos , webeo Lunes, 16 octubre 2017

Los Shapis fueron el símbolo del migrante y la resaca de Velasco y Morales Bermúdez [VIDEO]

Chicha peruana: ¿A qué suenan Los Shapis?

Imagen: YouTube

Imagen: YouTube

En la provincia de Chupaca, a finales de los setentas, se encontraron Jaime Moreyra y Julio Simeón. El primero había dejado de tocar la guitarra con Vico y su grupo Karicia. El segundo, conocido como Chapulín por su tamaño y su alegría contagiosa, se había retirado de Los Ovnis, grupo que hizo el tema Gregorio de la famosa película peruana. Es la chicha el hermoso nombre que se le dio a la música tropical andina, en una suerte de símil a lo que se hizo en Centroamérica con los ritmos caribeños a los que se denominó salsa. Es en la chicha que Jaime y Julio se acogen para fundar una agrupación a la cual llamaron, con asertividad, Los Shapis.

La popularidad llegó con el tema “El Aguajal”. Jaime Moreyra, cuyo verdadero nombre es Venturo García Mercado, escuchó el huaino El Alizal y decidió reinterpretarlo al estilo chicha y qué duda cabe, desde su lanzamiento por la disquera Horóscopo se convirtió en uno de los himnos más grandes de este género.

Julio Simeón. Alegre y bromista, cantaba música teatral, conocidas como zarzuelas desde los 18 años, en Chupaca, su provincia natal. Su oído musical hermanaba los huaynos que oía en la radio de su madre con las piezas de Franz Schubert que absorbía en la iglesia local.

A Los Shapis, Julio Simeón le puso esa marca sentimental propia de su voz. Ese tono cálido pero triste como un huayno, melancólico y agridulce, no por eso menos pegajoso ni fácil de identificar. No por nada a Chapulin, lo llaman “El Dulce”.

Foto vía: La Mula

Foto vía: La Mula

Las letras en las canciones de los Shapis son también el pulso de miles de peruanos que dejaban las provincias ignoradas por el Estado para asentarse en la capital en busca de mejores oportunidades, es la resaca de Velasco y Morales Bermúdez. Pero es también el uno, el desamor, el desconsuelo y la esperanza. Es el abrazo a la humildad como emblema y la religión como refugio. Es la promesa de cambiar resignación por rebeldía. Es la lucha contra la adversidad y el idilio eterno de ganarlo todo sin tener nada.

Mira el especial de Los Shapis aquí: